En este artículo se expone un caso clínico en el que se aplicó un procedimiento de discriminación de sonidos, con el objetivo de trabajar conductas de receptivo sencillas. 

Presentación del caso

Gisela es una niña de 4 años que presenta habilidades en las áreas de juego, emparejamiento o visual, agrupamiento, imitación no verbal, conducta de esperar y seguimientos incidentales producidos en contextos naturales.

Ante una ausencia de lenguaje receptivo, se inicia un trabajo en discriminación de sonidos, el cual nos hace obtener unos resultados y alcanzar nuestro objetivo o finalidad principal: desarrollar el lenguaje receptivo con la presentación de instrucciones naturalizadas.

Procedimiento

En un inicio, se establece un procedimiento en el que se introducen unidades ya adquiridas en imitación no verbal. Por lo tanto, anteriormente, cada unidad se iniciaba con una demanda previa en imitación, con la finalidad de que Gisela recordara el sonido.

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Discriminación de sonidos

Este procedimiento consiste en responder de forma receptiva al sonido que acaba de producirse, con la presentación de un estímulo únicamente sonoro.

El trabajo en discriminación de sonidos es aplicable en aquellos momentos en los que se quiere aumentar la probabilidad de que aparezcan conductas en respuesta a demandas receptivas dentro de un entorno natural. Para su mejor comprensión, podría considerarse un ejercicio previo al desarrollo receptivo del niño o de la niña. 

Al llevar a cabo un procedimiento en discriminación de sonidos, podemos encontrarnos con la aparición de una habilidad receptiva, pasando un corto período de tiempo desde la introducción del trabajo en sonidos hasta el inicio de conductas meramente receptivas. Mayormente, el desarrollo receptivo tiene su origen en entornos naturales, considerados estos el contexto familiar y el contexto escolar y/o educativo, así como mostrando respuestas de forma incidental, producidas con mayor probabilidad en las rutinas diarias.

Resultados

Durante las sesiones se lleva a cabo un registro del número de ejemplares logrados, los cuales son recogidos por quincenas. En la siguiente gráfica se presentan los datos que tienen como respuesta la evolución de los ejemplares logrados.

A través de los datos, observamos que Gisela, en un inicio, muestra inconsistencia en la progresión y adquisición de nuevos materiales de sonidos, logrando una estabilidad a partir de la quincena número 8, la cual es el origen de una incremento razonable y alineado, manteniéndose en la actualidad. 

Ante la presencia de los resultados anteriores, se decide incorporar el lenguaje receptivo, focalizando su desarrollo en receptivos meramente incidentales y producidos de forma naturalizada en el contexto de casa, escuela y terapia.

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